Review + Galeria | Travis en Chile: Caracterizado por la nostalgia y el ritmo de Britney Spears

 


Travis por fin volvió a Chile, a siete años de su última visita, y lo hizo con un show "íntimo" en un Movistar Arena que disfrutó por casi dos horas de show.


Escrito por Dominic Ortiz
Fotos por @kics.photo
Produjo: Fenix Chile



7 años tuvieron que pasar para que los fanáticos de Travis volvieran a escuchar sus melodías en vivo otra vez. A las 21:20 en punto, y sin teloneros que les quitaran el protagonismo, los escoceses se subieron al escenario para demostrar porque tienen 30 años de carrera. Lo primero que se escuchó fue un piano, el cual hacía alusión a una serie de los años 80, que dio paso para que el cuarteto se instalara en el escenario del Movistar Arena, el cuál se llenó rápidamente de gritos celebrando el regreso del Britpop al país.


Una de sus primeras canciones interpretadas fue “Bus”, de su nuevo álbum “L.A Time”, producción que es la razón por la que están de gira en Latinoamérica. Aunque no muchos conocían este tema, aún así, la euforia y el apoyo eran palpable en el lugar. Los fanáticos estaban felices de que volvieran, aunque su gira se centrara en su último disco.




A esta canción le siguieron “Love Will Come Through”, “Alive”, “I Love You Anyways” y “Good Feeling”, temas que fueron la introducción al concierto y donde poco a poco podíamos ver a los músicos tomar confianza en el escenario, sobre todo Fran Healy quien, con su cabello rojo, y guitarra en mano, se mostró un poco tímido al principio, para luego desenvolverse saltando, gritando y disfrutando al máximo este concierto íntimo.


Me refiero a este concierto como algo íntimo no por la cantidad de gente (“solo” era la mitad del Movistar), sino por el aura que transmitía Travis arriba del escenario; una complicidad y cercanía que pocas bandas con tanta trayectoria ofrecen hoy en día. “Travis es una banda que ha estado mucho tiempo junta. Esta canción es de nuestro primer álbum. Esta es una canción amada”, se le escuchó decir a Healy con una voz bajita y un inglés un tanto difícil de entender para los presentes que no son anglohablantes nativos. Estas anécdotas que el vocalista contaba antes de cada canción hacía que te importara aún más el tema, aunque no la conocieras.




Respecto al resto de la banda, quienes al principio pasaban desapercibido, poco a poco comenzaron a tomar más protagonismos: Andy con habilidades en diversos instrumentos, Dougie quien le coqueteo con la mirada al Movistar durante las dos horas de show y Neil quien lucía por momentos con la batería, dejando a los presentes pidiendo más.


30 años de trayectoria fueron resumidos en 22 canciones, en donde pasaban de su nuevo álbum a canciones clásicas como “Closer”, “Side” y “Sing” que sacaron toda la melancolía y euforia que los fieles fanáticos tenían guardada dentro. Tan así, que incluso algunos lloraban mientras los acordes de “Sing” llenaban el recinto, haciéndolos viajar (quizás) a su adolescencia o al primer momento donde conocieron ese tremendo tema.




Ya para el final del show, sorprendieron a los presentes con “Baby one more time”, canción icónica de Britney Spears, aunque ellos presentaron una versión acústica y un poco más lenta. Pero eso no quitó que los presentes la corearan a todo pulmón y murmuraran entre ellos: “¿esta canción no es de la Britney?”, mientras se reían y cantaban el coro. Después de ese momento “pop”, se dio paso al cierre con “Why does it always rain on me?”, canción clásica de los cierres de Travis, que dejó a los presentes más que satisfechos.


Sin duda, un show redondo, que se sostiene por la manera que usan los instrumentos logrando pasar de la tranquilidad a la euforia, y que termina de completarse por la forma tan cercana y única de ser de cada integrante, que te hace sentir más en un karaoke en casa con amigos, que viendo a una banda legendaria y eso, para , es destacable.





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